La Terapia Ocupacional (TO) es una de las armas terapéuticas clave para la consecución de objetivos en neurorrehabilitación, en términos de funcionalidad. Es decir, se centra en alcanzar la máxima autonomía funcional en el paciente
No es posible imaginarse un tratamiento de terapia ocupacional que no utilice una actividad orientada a tareas o se sirva de unas pautas de
restricción del lado sano para estimular el lado afecto. De igual forma, las técnicas que se van a mencionar a continuación en el ámbito de la terapia ocupacional pueden ser extrapolables a la actividad del resto de profesionales que van a participar en el tratamiento holístico del
paciente neurológico como son los logopedas o los fisioterapeutas.
Sin lugar a dudas el campo de acción de la Terapia Ocupacional son las actividades de la vida diaria, y sus tratamientos se van a volcar en la transferencia del aprendizaje y la recuperación a la actividad independiente por parte del paciente. Para ello se afrontará el tratamiento desde diferentes ámbitos de recuperación funcional:
Psicosocial. Es indiscutible la alteración de la imagen personal y social que sufre el individuo con una patología neurológica, tanto aguda como progresiva. Esto puede llevar a una pérdida de motivación que frene la evolución del proceso. Para enfrentar este problema se puede recurrir a las terapias grupales, donde se comparten habilidades y limitaciones y se pierde el miedo a la interacción con otras personas. Permite la integración de destrezas sensitivas, motoras y perceptivas para el mejor desempeño de las tareas cotidianas, necesarias para retornar al hogar y a la comunidad.
Neurocognitivo. El paciente con daño cerebral suele mostrar déficits de
razonamiento abstracto, cuya gravedad dependerá de las habilidades sensoriales que permanezcan intactas. El paciente debe recibir y organizar la información para aprender, por lo que es importante una cuidada evaluación y atención a estos aspectos con el fin de optimizar el aprendizaje.
Visual. Las alteraciones y deficiencias del campo visual, muchas veces no
perceptibles por el enfermo suponen otro freno en la evolución del proceso. Ayudar a tomar conciencia de ello y proporcionar las armas para evitar la interferencia de este problema en las actividades cotidianas facilitará el retorno a la vida previa del individuo.
Sensitivomotor. Es el problema habitualmente más evidente y limitante tras un proceso neurológico. Desde la terapia se va a afrontar en función del estado del paciente con la confección de férulas posturales pare prevenir contracturas y deformidades, actividades funcionales para la recuperación de fuerza y destreza, reeducación de cambios posturales y transferencias, reeducación de actividades de la vida diaria recurriendo si es preciso a adaptaciones de los útiles de la vida diaria, adaptaciones de sistemas ortoprotésicos como sillas de ruedas, adaptaciones del ambiente familiar (domicilio, barreras arquitectónicas), reeducación de tareas de
cuidado personal, vestido. Pero también se trabaja la reeducación a la familia, la utilización del juego como arma terapéutica, la terapia vocacional y, si es posible, la reinserción laboral.
Reaprendizaje motor. Descrito por Carr y Sheperd y basado en los mismos principios que el entrenamiento orientado a tareas del que ya hemos hablado.
Simplificando mucho y como forma muchas veces de explicar a los pacientes y sus familiares en qué consiste el trabajo de los terapeutas ocupacionales, podríamos decir que su objetivo es que los logros obtenidos por el paciente se transformen en habilidades y destrezas que sean aplicables a la vida diaria y generalizables fuera del ámbito de la sala de tratamiento.
Utilizando el marco conceptual de la CIF (Clasificación Internacional del funcionamiento, de la discapacidad y de la salud) no se trata solo de disminuir las deficiencias que se hayan producido en la actividad del paciente por la patología neurológica (discapacidad), sino de disminuir al mínimo posible la repercusión sobre la funcionalidad del mismo.
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About Dra. Begoña Belarrinaga Ojanguren
Licenciada en Medicina por la UPV, realizó estudios previos de Licenciatura en Psicología por la U. de Deusto, completando un Máster de Psicología Clínica en el Hospital Aita Menni, donde tuvo la oportunidad de trabajar por primera vez con pacientes con daño cerebral adquirido.
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